Esas cuerdas de guitarra, me molestan, me estorban, y grito. Abro los ojos. ¿Dónde estoy? Veo que estoy acostado, escucho una línea de vida saliendo de esa máquina, todo es blanco, motorizado, esto me asusta.
Una muchachita entra en la habitación y me sonríe como si fuera todo un milagro, me habla, pero sus palabras todavía no están ordenadas en mi cabeza. Sigo contemplando el lugar, no soy muy tonto para saber que estoy en el hospital, y sí, recuerdo todo. Intento girarme para poder ver si no estoy solo...y así es...a mi derecha ahí un hombre, parece alto, un cuarentón sin duda, veo que está conectado a un respiradero, parece que me mira y sonríe, tiene aires de simpático con un toque de ironía. Es curioso todo este lugar. Respondo al gesto de su saludo, y me entra curiosidad pues, en su brazo tiene un trapo medio atado.
Las imágenes empiezan a brotar de mi azotea, esto es diferente, algo que nunca me había pasado, recuerdo a un ángel, a mi pequeña, que se quedó atras. Esta vez es la última vez, me fuiste fiel, la mejor, pero en la tontería de la noche, de los juegos, acabamos estúpidos, yo aquí en la cama, ¿y tú?...¿dónde estas?...no hace falta que me lo digan, fuiste fiel, fuiste mi amiga, mi niña, pero cometí este error, y ahora escucho tu voz y no estás, mi pequeña Caperucita Lila. Teníamos miedo de ser amigos, después de tantos años, de secretos guardados, de adaptaciones a lo que venia, y ahora, flota libre. Te deje volar. Todo por mi culpa. Ha pasado tanto tiempo, tantos meses, me dicen que ocho, por fin empiezo a colocar esas palabras.- ¡ocho!- hace ocho meses que haz muerto, maldito alcohol, maldita noche, no quisiera repetirla, puede que mejor estés así, muerta.
Tu vida no fue fácil, puta, así te llamaban solo por acostarte con esos hombres por dinero, y creen que era fácil.¿lo creen? tu vida no lo fue, y yo te maté en este último trayecto. Tu vida fue difícil, y te uniste a mí para completarla. Un viaje donde te vendí la comodidad, y así sabíamos como acabaríamos. Puta, así te llamaban esos hombres que adoraban tus pechos, lamían tus caderas y gritaban tu nombre mientras les comías toda su energía, puta, y sin saber que estabas enferma, que durarías menos de un año, que no existía vuelta atrás. ¿fue simple casualidad esa noche?...Puta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario