Título:

Pensamiento aleatorio en el Tacón Dorado...

-Jack deberias poner en nuestro negocio una nueva visión del mun..., ¿Jack me estas escuchando?-
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Buscaré un hueco en mi agenda para retocar todos estos nuevos pensamientos, eliminando a cada trozo de vida que esta ultimamente pasando por este local...no existe ya un horizonte de la propiedad, de lo que debe quedarse y de lo que debe marcharse...si, hablo de las personas...contemplo todos los nuevos usuarios que pasan por aquí, que se toman una copa, dejan una critica inteligente...y piensan que pueden exigir lo que no pueden...
Desilusión por lo nuevo, ansia por lo viejo, palpito de lo extraño, pero siempre equivocado por arrastrar con esta edad tantos recuerdos que en realidad solo fueron correctos y certeros el día que se realizo el acto...la vida lo acepto, entonces yo, que tengo que decir.
Siempre dialogo con todos los caprichos y las nuevas visiones de mi estado, no existe horizonte que no deje de analizar a ver si llega el adecuado, y cuando llega, sin darme cuenta miro a otro lado.
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-¿estas pensando de nuevo en el amor?- pregunto Anna Degas recogiendo su pelo y sacando un cigarrillo del bolso.
-pienso en lo que un día hablamos...aquel día que descubrí que no era yo el que estaba detrás de aquel cristal...aquel que no fue besado...aquel que se separo de la idealización...y solo piensa en nuevas metas; Señotita Anna, por que siempre nos enamoramos de lo que no esta hecho para nosotros.
-Jack, querido Jack, parece que esto suena a película pero se la respuesta...-
-Me encantaría escucharla.
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Y tanto que la escucharía, pues humedeció sus labios, encendió el tabaco, y se preparo para darme una de las lecciones que deberían darse en las escuelas.
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-Jack, esperamos siempre estar equivocados, cada vez que esa persona hace algo que no es para nosotros lo ignoramos, pero cada vez que hace algo por nosotros, nos conquista de nuevo y por ello perdemos la discusión con nosotros mismos de saber que no nos conviene.
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Pensaba que se equivocaba, que era imposible que esas palabras tan simples fueran la clave de lo que es la realidad, que la idealización y el amor, se resume en un autoengaño. Me odio, soy un capullo, tantos años perdidos pensando en el regreso de lo que pensé que era la vida, y al final, resulta que he cerrado puertas sin saber el nuevo significado, he sentido un dolor de la perdida durante tantas noches, que sin darme cuenta, nunca logre convencerme de que la puerta estaba cerrada...ahora solo me queda, que la próxima visita a este local, sea el verdadero significado de este libro vació hasta este mismo capitulo.