domingo, 30 de mayo de 2010

Jack Mcbises, 5º Parte

Abro los ojos, tú voz me llamaba, suspire para que estuvieses ahí, preparándome de nuevo la cama para volver a empezar el comienzo de la mañana, pero te habías ido tan lejos que no me di ni cuenta de lo que querías, pero ahora estas aquí. Me ofreciste ese café en mi cabeza, pero tienes las manos vacías. La concepción lineal del tiempo ahora mismo no la controlo, el futuro es la porción de la línea temporal que todavía no ha sucedido, y yo me paso el día imaginándomelo, en otras palabras, es una conjetura que bien puede ser anticipada, predicha, especulada, postulada, teorizada o calculada a partir de datos en un instante de tiempo concreto, todo esto para decirte entre voces que me gustaría conocerte de nuevo para tener ese primer beso.
En la filosofía del tiempo, el eterno presente es la creencia de que sólo el presente existe y que el futuro y el pasado son irreales. ¿Pero como me doy cuenta de ello? Si me paso las horas conectado a este ordenador buscando nuevos caminos para llegar a final de mes. El dinero es fácil de robar si uno sabe donde conectarse, lo difícil es poder conectarse, encontrarte y buscar las primeras palabras para que me contestes y saber que sigues un día más en este mundo cibernético.
Los estudios del futuro o la futurología son la ciencia, arte y práctica de postular futuros posibles. Los modernos practicantes subrayan la importancia de los futuros alternativos, en vez del futuro monolítico o único, y los límites de la predicción y la probabilidad frente a la creación de futuros posibles o preferibles…y nosotros seguimos creyendo en las estrellas, por eso les regalamos un espacio en la televisión para que vendan sus sarcásticos conocimientos a personas de mala vida.
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-Jack, estoy lejos… ¿sigues conectado?, Jack, creo que deberías de bajar la dosis, no es bueno conectar tu cerebro a un ordenador tantas veces al día.
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Me quito estos cables que me implantaron hace unos años para una conexión rápida, pero yo, a estas alturas de la vida, en realidad ya soy lento. La nueva tecnología no está a mi alcance, no tengo el dinero suficiente, como para pagarme el implante cerebral donde por fin estos cables molestos desaparecen del cuerpo, pero aún si lo tuviera, no me dejaría controlar ni un paso más, bastante es con saber que los satélites nos tienen registrados con este código en el cuello. La belleza es una característica de un ente real, imaginario o ideal cuya percepción constituye una experiencia de placer, revelación de significado, o satisfacción. La belleza es estudiada como parte de la estética. No creo que con todos los cambios que he sufrido al igual que mi pequeño ladrador, seamos sinceramente parte de ella y menos parte de una estética humana, pues parecemos mas maquinas que humanos, aunque físicamente nuestro exterior no lo explique a las miradas ajenas
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-Jack, me gustan tus ojos...Jack…deberías vestirte la lluvia ya no cae, y tienes que salir a registrarte, el mes se caduca mañana.

sábado, 29 de mayo de 2010

Jack Mcbises, 4º Parte

-Jack...te voy a desconectar no entiendo lo que me dices...
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1. ESTUPIDEZ: una de las pocas cosas que mi mente no comprende, siempre pienso que es una lástima que la estupidez no duela. La ignorancia es una cosa, pero nuestra sociedad crece cada vez más en la estupidez, la tecnología adormece la mente y lastima el carácter del individuo. Los medios de comunicación promueven una estupidez cultivada como una postura que no sólo es aceptable sino loable, manipulados como ratones caminamos por las calles dialogando con nuestras huellas, dibujando nuestra posición.
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-Jack...(quisiera besarte)
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2. PRETENCIOSIDAD: Las actitudes vacías pueden ser muy irritantes y no se aplican a las reglas cardinales de la nueva sociedad. Se encuentra en el mismo nivel con la estupidez y es lo que mantiene el dinero en circulación estos días. Se hace que todo el mundo se sienta la gran cosa, así lo sean o no.
3. SOLIPSISMO: puede ser uno de los mayores problemas, pues rodeados de mil maneras de comunicarnos, olvidamos lo que puede ser el cara a cara. Todo este mundo consiste en proyectar tus reacciones, respuestas, y sensibilidades en alguien más que probablemente está bien lejos de sentirlas como tú. Es caer en el error de esperar que las personas te den la misma consideración, cortesía, y respeto que tú les das. No lo harán si seguimos conectados. Funciona para la mayoría de nosotros y requiere una vigilancia constante para que no caer en la cómoda ilusión de que toda nuestra dimensión se base es este mundo cibernético.
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-Jack...tus ojos...Jack despierta...(quiero que un día lo sepas)
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4. AUTO ENGAÑO HIPÓCRITA: No debemos rendir tributo a cualquier nuevo proyecto de bienestar engañoso que se nos presentan, incluso aquellos roles que se espera que interpretemos vendiéndonos una buena imagen, nos limitaran y nos endosaran en un estereotipo lejos de lo humano. La única vez que el auto engañó tendría cabida sería cuando es divertido, y siendo consciente de ello. ¡Pero entonces, no es auto engañó!
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-Jack, Jack...hoy te veo guapísimo...¿quieres tu café?

Jack Mcbises, 3º Parte

-Jack, olvidaste decirme lo que sientes.
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Reconocible, invivible, asustadiza, variable, descontrolada...así es el último recuerdo del instante en el que compartimos miradas que cambian de color al son de los sentidos. Los minutos pasan y no llega.
La alarma suena, nos avisan de que el toque de queda es anulado, ya es de día; suenan voces de lamento, voces de hambre, voces amanecidas, los nuevos coches en sus railes pasean por las paredes de los edificios, las tuberías gotean y salpican en las ventanas devastando la estúpida tecnología monocromática. Obsesionado busque conectado alguna pista para encontrarte, observo mundos despistados con efectos difíciles, realidades con textos cuyo significado puede que no sean mío, pero inculto estoy atento hasta la negación del momento.
Me desconecto, se enciende la televisión con solo decir su nombre, el pastor en su prédica le dice a sus feligreses que Dios quiere que seamos prósperos, que vivamos en abundancia, que seremos bendecidos si creemos y damos testimonio. Dios quiere que seamos felices. Pero debemos recordar que esta él, vuelvo a mencionarla para que se apague, me resulta absurdo ese lenguaje.
Parece que mi vida es un carrusel sin sentido.

Jack Mcbises, 2º Parte

El cuento es una narración breve de hechos imaginarios o reales, protagonizado por un grupo reducido de personajes, donde la mente deja crear esas grandes historias de aquellos personajes que todos después adoraremos sin pensar que actos les llevo a ser tan gran sacrificio…parece estúpido pensar que esas historias están para nosotros, para averiguar que siguen a nuestro lado y que nos enseñan otra gran lección. Mi mente sigue dando vueltas en esta cama, ahora las cortinas han cambiado y me ayudan a valorar la segunda noche con esta nueva vida…no quiero abrir los ojos pues sé, que no estás a mi lado, no quiero palpar ese lado de la cama, pues esta frio, no soy tonto, sabía que al oscurecer volverías a marcharte y encima fuiste capaz de reorganizar mi ropa y tomarte esa pastilla que llaman, desayuno.
Sigo aquí reposado entre estas sabanas que leen mi temperatura, saborean mis respiros y ayudan a mantenerme descansado. Me da miedo todo este mundo. Desde el punto de vista biológico, el miedo es un esquema adaptativo, y constituye un mecanismo de supervivencia y de defensa, surgido para permitir al individuo responder ante situaciones adversas con rapidez y eficacia. En ese sentido, es normal y beneficioso para el individuo y para su especie, pero sabiendo todo esto, el miedo, me da miedo. Es hora de levantarme, pues mi amigo ya empieza a babearme la cara, abro los ojos, y allí estamos, los dos solos y sin aquella linda muchacha que anoche me demostró que seguía vivo. Me quito las babas y aparto a mi gran amigo apagándolo un rato, presionando el interruptor de su pecho. No es el mismo desde aquel accidente en la azotea.
Me levanto y me siento un momento, vuelvo a quitar estas botellas y me doy cuenta de todo lo sucedido, y allí ante mis ojos, enciendo la lámpara cutre de los chinos que tengo en la mesilla. Termino de levantarme y me dirijo a la ducha, odio estos nuevos apartamentos, mis huellas se quedan marcadas en el suelo, las luces se encienden a mi paso, la música se organiza, la ducha se prepara y hasta la maquinilla espera cargada para afeitarme. Estoy arto.En el espejo empiezan las noticias, la noche se ha vuelto día, parece que estoy listo para conectarme.

Jack Mcbises, 1º Parte.

Ya no es lo mismo, mi vida sigue siendo un caos y después de todo, parece que nada ha cambiado. La lluvia es diferente, no es igual, no se parece en nada a la que conocí. Todo esto me desborda, ya no puedo saber si puedo sentir, no tengo motivos para seguir adelante. Sé que la lluvia sigue cayendo, pero solo, pienso que es un reflejo en la ventana. ¿Debo seguir con todo esto? La noche sigue su curso, las calles abarrotadas, con murmullos de disparos silenciados por la policía, vehículos con focos errantes y gentes sin caminos. Desde la ventana contemplo, una ciudad diferente a la que conocí de niño ¿Jugaba a ser pirata en ríos ajenos? Quien lo recuerda, con esta botella de ron en la mano –Es Ron del bueno.-me dijo aquel caprichoso vendedor del veinticuatro horas.
Sigo asomado a la ventana, el sereno golpea mi cuerpo desnudo, dejo que las gotas de lluvia sigan su camino. Solo en estas ocasiones siento la tranquilidad de ser un hombre libre, pero siempre temo mi comportamiento sobre todo lo demás, estropeando los mejores momentos siendo caprichoso, testarudo o ¿Cómo no? temerario.
Las luces me empiezan a molestar, mis ojos cambian de color, adaptando y recogiendo la luz necesaria para mi resaca. Ya es hora de dormir, o eso intento convencerme. Me seco las pocas gotas de lluvia que quedan aun a salvo, me giro y sigo mi camino hasta la cama. ¿Por qué no me gusta dormir? ¿Qué por qué? Todas las noches la misma secuencia de imágenes, sangre, gritos, humo...
¿dormir? Para que dormir, si no puedo. Recuerdos de un suceso recorren cada noche mi pensamiento, percepciones lo llaman algunos, yo solamente, miedo.
Sigo los pasos hasta la cama, descorcho una nueva botella situada en la mesa noche, busco una mirada....está ahí, lo veo, siempre ha estado ahí.
Las sabanas sudan, el aire no corre, la lluvia ha amainado, me faltan las fuerzas, pero allí estoy, lo vuelvo a mirar, sonrió, y lo busco si hace falta. Su dulce aroma recorre, aquel trozo de tela atado a mi brazo. Deslizo mis manos entre las sabanas, su color cambia y sus labios piden otra noche más. Tropiezo con las botellas del suelo, dejando atrás todas nuestras prendas. Sí, eso parece, compartimos la misma afición hacia nuestros cuerpos desnudos. Sus piernas no dejan mirar más allá de sus caderas, su pelo, negro me atrapa entre algunas de sus canas. Posesivo, nervioso, quisquilloso, al fin y al cabo...cachondos. Entre gemidos y arañazos descubro entre los cojines su diario, bonita costumbre para recordar a todos los hombres que han pasado por su cama. ¿O es que el dinero le llama?
Sabemos lo que hay entre los dos ¿un amante o un polvo? No todas las preguntas tienen que tener respuesta, y más si nos da igual la opinión de los rostros que caminan con sombras entre callejones perdidos.
Empieza a amanecer, ya es hora de dormir, de tener miedo una vez más, veo crecer cada noche mi deuda, hace años que no veo a mis hermanos y ellos siempre tenían una palabra para mí. Dejo de dar vueltas a mi cabeza y me preparo para dormir, escucho un último ladrido, veo a mi amiguito acostado sobre el sofá, siempre esperándome con sus babas y su lengua, un buen amigo que nunca me ha abandonado, pese a todo. El sol ya está ahí, las cortinas se ciernen en un color nocturno. Vuelve a ver estrellas en la habitación. Doy las últimas vueltas a la cama, y me rindo en un sueño profundo al lado de mi mejor amiga, mi primer amor. Hacía años que no nos reencontrábamos, ¿la verdad? Ha sido un bonito reencuentro. Ahora solo me queda decir- feliz 41 años, Jack Mcbises.
Jack Mcbises