...entre letras antiguas, algunos besos robados y los silencios que guardan momentos de paradas de tren, me quede pensativo entre instantes, pensando en que me faltaba el momento para decirle que no. Que difícil es, pensar que tuve que dar explicaciones por lo que no enseñe y no quise, por motivos ajenos. El tiempo rueda y ahora en cada santiamén espero que el momento se repita, con aquellos besos mañaneros en aquella pensión sin tecnología, esperando a que aquel viejo reproductor de cine funcionase, y que aquellas cortinas nos taparan junto a las velas, del rato mas intimo de nuestros cuerpos; y con aquel cigarrillo en mano, fumábamos desnudos deslumbrandonos de nuestros rostros viéndonos desnudos y explicándote el carácter de tus manos; y recordé entre tanto uno de tus mensajes.
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-tus labios son adictivos...te haz convertido en una droga para mi...cada minuto contigo, tapa un minuto que pase llorando en un pasado. Gracias por hacerme sentir vivo, Mark Turner.
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...mi cuerpo atado en esta masa de locura, vuelve a perder lo difícil que fue encontrarte para olvidar esos inicios de esta pequeña vos, ahora meramente con sutiles palabras. No me duele que no me entiendas, pues nuestra comunicación no depende de la desesperanza de la lengua. Mi mundo ahora mismo solo quiere Gritar.
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(bésalo, el es el hombre)
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...desaparecí, entre esa boca de labios tiernos con saliva a sabor de libertad, desaparecí, entre tus ojos grises formando un nuevo lugar en esto a lo que llamo vida, desaparecí, mordiendo esa nariz entre carcajadas por pensar en tonterías, desaparecí, contemplando sin embargo sin decir lo que mas me duele...desaparecí, eliminando el palpitar antiguo del primer corazón, desaparecí, sin mirar a los lados para olvidar que deberia olvidar...y allí me encontraba con tanta falta de amor, desnudo y tímido, sin saber que el horizonte lo tocaría minutos después.
El frió se quedo tras aquellas ventanas, con aquella dulce cena que invitastes con ansias de invadir el primer brindis. Halábamos cómodamente, mientras preguntabas si me sentía cómodo, si realmente era mi decisión estar ahí. Nuestros cuerpos se rozaban, y un suspiro tierno salio desde mi interior, respondido por tu gran sonrisa y un pequeño juego en el cuello, y pacíficamente e inteligente palpabas mi cuerpo esperando a la reacción inevitable del pecado. Sin duda un buen trabajo, pues allí me encontraba saboreando aquel fruto con un hilo de saliva, mientras un gemido satisfactorio se oculto en la almohada. La noche siguió, y las vueltas nos llevaron al amanecer y estar preparado para sentirte dentro, sin pensar las consecuencias de unirnos por primera vez, llegando instantes después de mis gestos de deleite.
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NOTA: Esta noche a sido mágica, me has dado todo lo que necesitaba y mucho mas... se que haz dejado tu trabajo por estar conmigo aunque me duele, lo valoro mucho. No puedo dejar de sentirme culpable y feliz a la vez. Me haz demostrado tantas cosas en tan poco tiempo, que solo me queda darte las gracias. Gracias por entrar en mi vida, por hacerme sentir vivo, por cada beso, cada sonrisa que me regalaste. Eres lo mejor que me paso. Gracias por ser tu.
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...y esta fue la nota que me encontré a la mañana siguiente después de un sutil descanso junto con un ticket de una lavandería de las afueras. Ahora solo espero, que no fuera un sueño de una noche.
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